Un oficio milenario …… “yo recuerdo la niña hechicera que en Helenes la dulce nació. Obra virgen tan pura y tan bella a mi orilla jamás abordó”
Eduardo Pondal, La isla de la Toja.
En yacimientos arqueológicos de Sudáfrica, Marruecos, Argelia e Israel, han aparecido restos de collares realizadas con pequeñas conchas marinas.
Estas conchas, de colores y tamaños semejantes, muestran restos de pigmentos y pequeños agujeros por los que se pasaba un hilo que las mantenía unidas.
Se calcula que algunos de estos adornos tiene más de 85.000 años. Son, con toda seguridad, las joyas más antiguas de la humanidad y con esto se demuestra la existencia de una cultura humana bien organizada que probablemente le atribuía a estés objetos un significado y un valor preciado.
En la Patagonia, en México, en Oceanía y en otros muchos lugares, la fabricación y comercio de abalorios de este tipo continúa siendo un medio de subsistencia para miles de personas.